Hoy, después de tanto tiempo,
dejando atrás el lamento.
Hoy, he vestido de nuevo,
mi mejor traje.
Y vos, quien me enseña,
a vivir en el presente,
quien me acompaña,
grato y consciente,
me acelera el Corazón.
En Paz, conmigo y mis partes,
con otras partes y las mías,
con todo el resto de partes.
Así, voy de nuevo a verte,
con este traje remendado,
cosido y demudado,
radiante de colores.
Así,
espero que me reconozcas,
y me hables al oído,
como sólo tú sabes.
Y todo,
todo absolutamente TODO,
volverá a la normalidad.
Las partes, mis partes
y las otras partes,
también lo harán.
Mensaje: Si no somos capaces de detener la razón, nunca alcanzaremos la humildad suficiente para aceptarnos. Aunque hay partes de ti que rechazas, ellas son lo que son, perfectas en sí mismas y no olvides que también necesarias para llegar a ser quien eres. Reconcilia todas y cada una de tus partes sin excepción.
