Nº 77 – Entregada

El Número 77: Visiones y revelaciones profundas. Perfeccionar el Centro de nuestro Ser.


Si en un breve renuncio me quedo,
lo siento…
será porque estoy de duelo.
Si es sin saña y malicia,
lo presiento…
la victoria es el cielo.
Si es con amor sediento,
siquiera en victoria pienso.
Pues son los días,
horas de empaque y vuelo,
de tesón y desconsuelo.
De digna falacia,
que a un tris de esfumarse,
siento que muero.
Y grito:
silencio…
Porque digna de ti me siento,
aquí me tienes,
de brazos abiertos,
desprendida de todo velo.
Como siempre…
ladrona y mendiga
del aroma de tu cabello.
Y mis pies…
Siguen flotando en la tierra,
a que tú me digas, basta,
a que tú me digas, anda
hazlo con paso firme
pero sobre todo descalza.
Y vuelo…
Camino de las estelares orbes,
sin mencionar objeción,
entregada, liberada,
henchida de amor.
Viene de ti mi nombre,
viene de ti mi tesón,
viene de tu música mi danza,
viene de ti todo lo que fui.
Y ya no viene más nada,
porque ahora quien va soy yo,
más que yo, lo que de mi queda,
aquello que sonríe perpleja,
estupefacta y solvente,
con garantías de amor.
Y en mi arte…
De alimento quedo vacía y llena,
al conocimiento y la ignorancia,
lo siembro y le doy caza.
Mientras…
Respiro profundo y permanezco
escondida en la luz de mi vida,
hasta que se me erice la piel de nuevo,
al tocar con mis propios dedos,
el aroma de tu cabello.



Mensaje: No hay mejor mensaje que reproducir las palabras de I. Tweedie: La actitud de entrega es la condición indispensable en el sendero espiritual. Cuando uno se entrega, ya no hay nada más que hacer. Se ha vaciado la taza y algo nuevo puede llenarla. Uno se siente amado y nunca más solo. Lo que se está ofrendando es el propio ego, el pequeño yo.