Nº 70 - Reencuentro

Anochecía en la playa
mientras…
un crudo silencio embargaba.
Presentí aquella noche,
la noche más larga.
Busqué con desesperación
Acechando…
el recuerdo de tu voz.
Luché por deshacerme
de este miedo atroz.
Caminé con paso firme
atenuando la desdicha.
No concibo ya la vida
sino en tu compañía.
Una luz me deslumbró,
era un barco a lo lejos.
La pesadumbre caducó
dejando un rastro añejo.
Sobre la arena cálida,
me mantuve esperanzada.
Conseguí cruzar nuestra mirada
y derrotar toda añoranza.
Sentí tu mano tierna,
posarse en mi cara.
Supe que sería eterna…
tu mirada enamorada.



Mensaje: Como dice Anne y Daniel Meurois-Givaudan, las fuerzas y las verdades de la vida, se infiltran por sí solas en cada persona, en cuanto ésta abre sus puertas. Mientras mantenemos las puertas cerradas, nada puede penetrar, ni siquiera el aire. Al abrirlas, extendemos nuestra mano a lo siguiente. ¡Qué gran paso!