Nº 52 - Amor

Soñaba la luna una mañana,
un amanecer latente,
con gris horizonte, perenne.
Acometía el desespero,
grácil, pendenciero.
Enturbiaba tu mirada,
la sinuosa cerbatana
que como un dardo con veneno
se incrustó en el candelero.
Y así, quien te amó
murió,
murió de pena,
de tierna pasión,
enferma por carecer del arrullo,
inútil de compasión.
Aún hoy, rechazo,
tu despreciable mirada,
que no aleja la angustia,
ni sucumbe al sueño
de un nuevo encuentro
ocultado…
por la falta de valor.
Soñaba la luna…
muerta de amor.



Mensaje: Cuando una mujer se lamenta profundamente por amor, es que ha quedado incompleta y eso es una grave herida. No hay cirujano que la disimule, pues es mucho mejor que ésta se vea, para que nos recuerde que no hay motivo para que se repita. Lo propio es aprender de ella.